| Resumen | La necesidad de optimizar el uso del agua en la agricultura obliga también a mejorar la gestión de las redes de distribución. Es cada vez es más frecuente la aplicación de tecnologías que ajustan el riego a las necesidades puntuales de la planta y a las condiciones climáticas cambiantes (por ejemplo, tormentas o un fuerte viento pueden anular las peticiones de riego por aspersión, y las heladas primaverales puede generar un alto consumo concentrado durante un buen número de horas para proteger frutales y hortalizas). Esto supone tener que atender una demanda variable que las infraestructuras de distribución y sus gestores no son capaces de atender.
Los modelos matemáticos permiten predecir el comportamiento de los canales ante estás demandas variables pero deben tener en cuenta perturbaciones persistentes e incertidumbres que son difíciles de linealizar. El control efectivo de los procesos dinámicos complejos y/o caóticos representa una asignatura pendiente y por consiguiente un reto de la teoría del control automático. como respuesta a la creciente demanda de la agricultura, la industria y de la sociedad en general. (Hernandez y otros, 2020). En algunos casos, se propone controlar las entradas de referencia utilizando un modelo de la dinámica del canal que incluye un pronóstico de la demanda de salida.
Los modelos computacionales basados en un esquema descentrado en volúmenes finitos, que se usa para resolver numéricamente las ecuaciones de aguas poco profundas unidimensionales permiten reproducir el comportamiento del flujo y su interacción con compuertas laterales y transversales a un canal mejorado los resultados que se obtienen con los parámetros estándar (Lacasta y otros, 2015). Estos modelos permitieron simular y modelizar un caso real de gestión de un canal en la zona regable de Pina de Ebro y compararlos con observaciones reales a través del sistema de monitorización de la Comunidad de Regantes.
|
|---|